Minas de Arnabal ( Barakaldo )

Domingo, sol y buen tiempo. Día perfecto para salir a dar una vuelta y disfrutar del paisaje.

Hoy toca visitar la parte alta de El Regato, la zona minera donde se asentaban las minas llamadas  las julianas situadas en la zona de Arnabal-Mendibil. ( 43.276406, -3.038321)

Comenzamos el recorrido casi en el final de El Regato, justo donde el autobús de línea que une este barrio con el casco urbano termina su recorrido y da la vuelta o también donde el torrente Oiola se une al Castaños.

En ese lugar hay un pequeño camino de cemento que sube serpenteando por la ladera del monte hasta la vieja vía del ferrocarril de la Luchana-mining ( cuyos cargardero, mas bien sus restos, vimos anteriormente. )

Tras una subida no muy larga por el camino tapizado de musgo por la humedad de la zona,  llegamos a la lo que en un día fue la vía en sí y que nos recuerda su anterior uso por un suelo cubierto de restos de piedras y pequeños restos de mineral.

Unión de caminos.

En este punto giramos a la izquierda ( desde nuestra perspectiva ) para continuar nuestro camino disfrutando de los colores otoñales para un poco más adelante encontrar unas maltrechas ruinas que  bien podrían ser las de la vieja estación de tren de El Regato:

¿La vieja estación?

Pasadas estas ruinas continuamos unos pocos metros más hacia una pequeña explanada  ( utilizada por algunos cerdos como vertedero de su basura )  donde escondido entre las zarzas y maleza se encuentra un pequeño sendero que nos lleva , río arriba, a unas viejas ruinas que bien podrían ser las un viejo horno de calcinación:

Entrada al sendero.

Las viejas ruinas.

Una vez vistas las ruinas, desandamos lo andado hasta la explanada anteriormente citada y continuamos un camino  que antaño (probablemente ) fuese utilizado para acarrear el preciado mineral de hierro.

Un poco más adelante se ve , a la derecha,  un pequeño sendero que trepa  montaña arriba y que nos llevará a lo que podría ser otro camino minero que serpentea unos cientos de metros por la ladera de la montaña.

En este sendero encontramos lo que pudo ser en su momento un depósito de agua.

El sendero.

Seguimos caminando y disfrutando tanto del paisaje como del olor a naturaleza  hasta llegar a un pequeño regato que nos hace preguntar ¿donde están escondidos los hobbits? 

Una vez cruzado seguimos caminando por esta vieja senda y encontramos un extraño acompañante que vigila nuestro paso:

Continuamos nuestro camino por la vieja vía  para mas adelante llegar a la intersección  con la pista/carretera que serpentea las faldas de la peña Burzako y que será parte de nuestra ruta.

Un poco más abajo de este punto, donde el agua atraviesa por encima de la calzada ( 43.265085, -3.028173) ,  podemos localizar lo que anteriormente fueron las bases de un puente sobre el arroyo y que hoy solo son un viejo recuerdo cubierto de musgo y plantas:

Tras admirar un rato lo bonito del cauce y disfrutando del murmullo constante del agua continuamos nuestro camino carretera arriba desviándonos otro par de veces para ver las pequeñas cataratas que forma el río y una vieja construcción  mancillada por el poder del spray de pintura y el poco aprecio de algunos por la historia:

Tras subir un pequeño repecho que nos hace desprendernos ya de la chaqueta, llegamos a una pequeña explanada cuyo suelo nos hace recordar donde nos encontramos para , esta vez sí,  atravesar el pequeño cauce que nos ha acompañado hasta ahora:

Con precaución de no mojarnos los pies cruzamos el riachuelo y continuamos subiendo por un camino cubierto de los restos de mineral desechado para , un rato más tarde, encontrar la carretera que sube a la presa de Oiola.

Camino cubierto de piedras de mineral.

En este punto podemos observar los restos ( pintorrojeados, como no ) del cargadero de Arnabal, una mole de piedra que servía para almacenar el mineral antes de su carga.

Final del camino de piedra.

Cargadero de arnabal.

Giramos a la derecha y tomamos la calzada , continuamos brevemente por la carretera para encontrarnos, a la derecha, con nuestro próximo objetivo, el plano inclinado de Arnabal:

Comenzamos a ascender sus duras rampas sabiendo que a la mitad , más o menos, cambia su inclinación por lo que este segundo tramo será  algo  más llevadero que el inicial.

En el medio del plano , donde cambia su inclinación y a la derecha según subimos , existe una pequeña  elevación que tras ser superada  nos conduce a un pequeño paso que a su vez nos llevará a una  explanada de lo que pudo ser una cantera para la construcción del mismo:

Cantera.

Disfrutamos un poco del lugar, volvemos sobre nuestros pasos  y seguimos ascendiendo por el plano , ahora con algo menos de esfuerzo , para llegar al final del mismo a otra pequeña explanada que nos da respiro y donde podemos comprobar , de nuevo, la mano del hombre y su legado:

En este punto encontramos la referencia al camino minero "azul" ( ferrocarriles mineros ) que parte del Centro de Interpretación de Peñas negras y nos conduce por la ladera minera hasta la vía de la luchana-mining.

Sobre nosotros asoma nuestra guía y destino , el "pirulí" del Mendibil que corona el monte del mismo nombre y a cuyos pies se encuentran las minas que vamos a visitar.

El pirulí al fondo.

Desechamos el camino de la izquierda, el que nos llevaría por el antiguo trazado del tren bordeando el pantano hasta "la lejana"(otra de las minas de la zona) , y nuestro objetivo es el camino que torna hacia la derecha , una cuesta bastante empinada y a cuya izquierda podemos ver otro vestigio minero en forma de lo que en algún día fue un puente sobre otro plano inclinado que atraviesa las inmensas montañas de escombros que generó la antigua mina:

Restos del puente.

Tras tomar un poco de aire aprovechando el tiempo para hacer la foto continuamos  subiendo la  rampa que nos llevará a otra pequeña explanada donde encontramos otro recuerdo , un viejo trozo de raíl , de lo que en su día fue este lugar:

El trozo de raíl.

Un poco más adelante se encuentra la bocamina ( cerrada ) de uno de estos yacimientos por donde  brota un río de agua cristalina que encharca toda la zona:

Puerta de la mina. 

Zona anegada con el agua de la mina.

Pilón /abrevadero.

El terreno sigue siendo el característico material de desecho que colma la zona:

Restos de mineral desechado.

Dejamos esta bocamina a nuestra izquierda para continuar subiendo a través de un pequeño bosque de pinos a lo que ya podría considerarse la mina en si, un gigantesco agujero ( 43.275830, -3.038786 )  de donde se extrajeron toneladas y toneladas de mineral de hierro y que asusta tanto por su tamaño como por sus cortes prácticamente verticales en la piedra:

Fondo del agujero con pequeña entrada.

Es el lugar escogido para  descansar un poco y reponer fuerzas ( bocadillo mediante ) al sol que nos calienta mientras disfrutamos de las fantásticas vistas de la zona.

Mientras comemos el bocadillo, nos percatamos de los detalles de la zona...

Restos de mineral.

Cavidades en la pared.

Restos del barrenado.

Rocas con incrustaciones de la beta del mineral, barrenas con las que partir la piedra o en las que introducir el explosivo para romper la roca, agujeros fantasmales tallados en las paredes, restos de algo que fue una construcción y de la que solo queda el recuerdo...

Tras descansar , iniciamos el viaje de vuelta investigando los alrededores.

Retrocedemos un poco por donde hemos venido, nos adentramos en el bosque de pinos y cambiamos de ruta eligiendo (mal ) una ascensión por una de las montañas de escombro que dibujan el paisaje.

La subida , que zizaguea por la ladera, es incómoda, con rocas y restos de material desechado que hacen molesta la ascensión , con una pendiente de unos 45º que nos hace ver el abismo a nuestros pies , pero con esfuerzo , tesón y mucho, mucho cuidado, llegamos a la cima de la misma pudiendo disfrutar de unas vistas de la zona que acabamos de abandonar:

Vistas con el Eretza al fondo.

Montañas de escombros.

La ladera que acabamos de ascender.

En este punto (43.275649, -3.036392) subimos un poco más por la ladera ( ya sin peligros que nos acechen ) para encontrar una pista de piedra que baja y que será nuestra guía hacia la parte inferior del valle.

Desccendemos por el unos cientos de metros pudiendo observar el interior de la ladera que nos acoge... un interior constituido de las piedras y rocas desechadas que conforman el paisaje:

Tras otra pequeña subida llegamos a un punto donde podemos observar el pirulí y una de las grutas que decoran el paisaje a sus pies:

Seguimos por este camino para llegar  a la pequeña explanada anegada de agua con su pilón y su bocamina cerrada por la que ya pasamos anteriormente y este será el punto elegido para volver sobre nuestros pasos lugar  donde iniciamos el paseo de este  día hace ya unas 2 horas.

Aprovechamos que bajamos por el plano inclinado para fotografiar su deterioro y como partes del mismo están ya en un pésimo estado víctima de un abandono por parte de las instituciones que parecen no saber valorar este fantástico legado de un pasado minero que pocos ya recuerdan.

Trozo caído del muro.

Llegamos al cargadero, tomamos la senda ahora descendente que nos ha traído hasta aquí, cruzamos nuevamente el riachuelo, llegamos a la carretera de hormigón y continuamos por ella hasta donde el río la cruza.

En este punto cruzamos el río para continuar por la pista de piedra que continua la carretera para , a unos 200-300m,  tomar el desvío hacia la izquierda que nos hace bajar hasta la  antigua vía y los restos de la ¿estación? , desandamos lo andado hasta el camino de cemento tapizado de musgo que inició la ruta  y descendemos al punto de origen.

Hemos concluido el paseo y con el, esta entrada en el blog.

Que vuestros pies os lleven por bellos parajes.

P.D. El track en wikiloc